03 julio 2006

Londres 21: Buckingham Palace

“Qué mañana más bonita para hacer maniobras militares”, pensé hoy al levantarme. Era temprano, el cielo estaba despejado y ya hacía calorcito (algo que en España damos por sentado en julio pero que aquí a veces ocurre y a veces no), así que a las maniobras me fui.

Ya había intentado una vez pasarme por Buckingham Palace para ver la ceremonia del Relevo de la Guardia, pero fui con el tiempo muy justo y me encontré miles de turistas ocupando la plaza que hay frente al palacio, con lo que la cosa quedó en una salida falsa. Hoy llegué con una hora de adelanto y pude elegir sitio, y volvieron a aparecer los miles de turistas igualmente. El control de este evento es responsabilidad de los bobbies, que además de ser policías ejercen funciones de animadores socioculturales, supongo que para ganarse a la turba y que así les hagan caso sin tener que sacar las porras.

La ceremonia en sí es muy vistosa, básicamente se trata de un desfile militar protagonizado por soldados con uniformes curiosos siguiendo un ritual. Aunque los protagonistas son los Welsh Guards (los de los gorros altos y negros y las casacas rojas) también participan los Life Guards (los de las corazas y los caballos, la auténtica Guardia Real aunque no lleven capas blancas). A falta de una participan dos bandas de música, que se pasan la hora que dura el Relevo tocando marchas varias. Aunque la parte principal de la ceremonia se realiza en el patio del palacio, cuando el relevo saliente abandona el recinto (y los turistas se dispersan) en realidad la ceremonia sigue, pero por el Mall (la calle de enfrente) y con tráfico real que es detenido para que los soldados puedan marchar hacia su cuartel.

En general me ha gustado, aunque no digo que me ha gustado mucho porque las aglomeraciones siempre le quitan encanto a las cosas. Estoy de acuerdo en que es una de las atracciones que hay que ver en Londres, pero no entiendo por qué a esta vienen hordas de turistas y a otras (como el Globe) vamos cuatro gatos. Malditos turistas de foto y topicazo...

Hoy no recomiendo un pub sino un bar. Se trata del Gordon’s Wine Bar, un local que está a caballo entre las definiciones de “tascorro inmundo” y “rincón encantador”. Son unas antiguas bodegas a la orilla del río, por la zona de Embankment, que han sido reconvertidas en local de hostelería. Está excavado en la roca, tiene el techo muy bajo (yo sólo entro agachado, Berni tendría que entrar arrodillado cual penitente) y se ilumina a base de velas. La comida y la bebida son muy buenas, aunque se paga esa calidad. Eso sí, hay que tener mucho cuidado, porque es coto de caza de carteristas y malandrines varios.