01 julio 2006

Londres 19: Soho

Debo confesar que ya me había coincidido pasar por este barrio un par de veces y que me había resultado decepcionante, pero había sido a plena luz del día y por el tipo de locales de la zona ya se entreveía que lo suyo sería pasar en horario nocturno. Pues bien, tras un día de absoluta molicie y futbolismo me pasé la noche por el Soho.

Con la oscuridad la cosa es muy distinta. De unas calles desérticas con locales cerrados se pasa a una densidad de población que tiende a infinito, con todos los establecimientos abarrotados y las calles invadidas por los que no caben dentro. Y locales hay para casi todos los gustos, desde los pubs que van a su rollo y chapan a las 12 como es tradición hasta los sitios más exclusivos con enormes colas de pijos con sus mejores galas. Bueno, casi todos los gustos, que sigo esperando a encontrarme el primer garito metalero londinense, que por lo que veo tampoco está en el Soho.

Allí también está Chinatown, cuya población local se ha esforzado mucho en hacerla reconocible para todos los occidentales a base de topicazos, con lo que parece una auténtica ciudad china falsa (no como Banglatown, en Whitechapel, que parece un barrio londinense pobre con olor a curry y ya). Dicen las guías turísticas que en el Soho también se concentra la mayor parte de los inmigrantes franceses, y debe ser verdad, porque había varios cientos montando un tremendo pollo en Piccadilly Circus cantando la Marsellesa y ondeando la Tricolor en honor a la victoriosa selección gabacha.

Para concluir, un consejo: hay que ir con unas buenas botas. Entre los cristales rotos que alfombran las calles y los cientos de pisotones que van cayendo, uno puede entrar con unos pies sanos y salir con unos muñones ensangrentados. Avisados quedáis.