20 junio 2006

Londres 8: El Museo Británico (II)

Segunda visita al British Museum, y no será la última. Inevitablemente, lo primero que hice fue volver a adorar la Piedra de Rosetta, que queda muy a mano de camino para terminar con la colección egipcia. Destacables las muchas versiones en distintos formatos del Libro de los Muertos, preciosas a la par que instructivas, ya estoy listo para entrar a la otra vida por la puerta grande.

Grecia ha sido un poco decepcionante, los tan cacareados frisos del Partenón están en un estado lamentable y son tremendamente repetitivos. La verdad es que bien se los podían devolver a los griegos, porque no les lucen nada. En cambio, los trocitos del Mausoleo de Halicarnaso que tienen en exhibición resultan bastante imponentes. Como suele pasarme, lo que más me llamó la atención de toda esta sección era la parte en la que se contaban historias, aunque esta vez en forma de infinitos recipientes de cerámica. Todos los mitos griegos imaginables, y algunos que ni siquiera imaginaba también, tienen su representación en una vasija o una fuente. Especialmente completas y llamativas son las series dedicadas a Heracles y sus doce pruebas, y también a la guerra de Troya.

Curiosamente, lo mejor de Roma es todo lo que le copiaron a Grecia. Tienen una espléndida colección de estatuas romanas de mármol que en realidad son imitaciones de obras griegas: un Discóbolo, un Pericles, un Sócrates, un Epicuro, un Alejandro... y dioses, una pila de dioses. Era muy gracioso ver a las japonesitas sacándose fotos imitando las poses de las varias Venus que había por allí. En la sección romana también tienen unas cuantas armas y armaduras simpáticas, de militares y de gladiadores (hoy descubrí que hubo gladiadoras, hay pruebas documentales y arqueológicas... a los romanos también les iba el barrilátero, por lo que se ve).

De la sección medieval no pude ver demasiado, los bedeles del museo no entienden de flexibilidad de horarios de cierre. Fascinantes los tesoros de Sutton Hoo, el ajuar funerario de un rey anglosajón del siglo VII con cantidad de cosas, desde armas y armaduras hasta joyas, monedas y objetos cotidianos. También son muy destacables los diversos objetos de cristal que tienen por ahí desperdigados por ser de orígenes muy distintos; no sólo los bizantinos hacían unas copas espectaculares, también los germanos y los vikingos tenían buena mano para el trabajo del vidrio.

Aún me quedan por delante muchas cosas por ver, aproximadamente doce siglos de historia de Europa y toda la historia de África, Asia y el Islam. Dentro de dos días, más comentarios sobre el British Museum.

3 Comments:

Blogger Zabu said...

Rompo un pilum en favor de los romanos: Lo que los hizo grandes fue ser conscientes de las superioridades ajenas y saber copiarlas a tiempo.

Vivan los romanos!!

Y ya que estamos de reivindicación exaltada que se sepa: ¡¡El término Barrilátero es creación mía!!
(y no lo conoce ni el Google).

Por cierto, si buscas "Doce pruebas" lo primero que te viene es la inexistencia de Dios, despues Asterix y mucho más abajo Hércules.

Let the chronicle go on!!

12:53 a. m.  
Blogger Beowulf Shaeffer said...

Sólo por llevar la contraria comento que no fue ese el secreto de los romanos. Vale que copiaron muchas cosas interesantes de los griegos (al igual que los griegos las copiaron a su vez de fenicios e hititas/troyanos), pero su gran diferencia, la que les permitió mantener un imperio durante varios siglos, fue la economía de guerra. Es un hecho que las guerras son beneficiosas para los estados (que no para los ciudadanos, y siempre que no acaben en derrota desastrosa, claro), y mientras los griegos sólo montaron colonias y puestos comerciales, los romanos se dedicaron a machacar sistemáticamente a todo el que se le puso por delante. Su imperio cayó cuando a) se les puso muy difícil seguir reventando vecinos porque sus fronteras eran terriblemente inhóspitas y b) convirtieron en religión oficial un culto que decía que la paz era buena.

El término barrilátero es, efectivamente, creación tuya, tienes todo el crédito. Lo que tienen las palabras es que es muy difícil ponerles copyright, y acaban siendo usadas aquí y allá a su libre albedrío independientemente de su origen. Ya te pagaré un royalti en forma alcóholica.

8:36 a. m.  
Blogger Zabu said...

Por royaltis te preocupes, no quiero hacer como Sony con los vídeos Beta, que por exclusivistas se fueron a la mierda.

Mi intención es que la palabra barrilátero se extienda por el mundo ("hay que decirlo más, barrilátero más") y la idea cunda y monten uno en el Dragons.

Y sip, tienes razón con lo de Roma...

8:41 a. m.  

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