13 junio 2006

Londres 1: Islington

A pesar de los presagios apocalípticos de algunos, el haberme embarcado en martes y 13 no ha tenido consecuencias desastrosas. De hecho, todas esas cosas que a la gente le pasan normalmente a mí siguen sin ocurrirme, ni siquiera en un día presuntamente aciago como hoy. Aunque el tiempo era bastante malo tanto en el origen como en el destino (afortunadamente no íbamos a bombardear, que si no iríamos a la mitad... pero claro, qué otra cosa se podría esperar de Santiago y Londres, aún en junio), no se produjeron ni retrasos ni desvíos, y el señor comandante pilotó con una enorme pericia. El equipaje apareció en la cinta en seguida, no se perdió ni se rompió nada (ni fui causa del inicio del protocolo de amenaza terrorista por olvidarme las maletas). Y todo con el bonus de que el billete había salido tirado. Está claro que Ríos se quedó con la cuota de incidentes que me habrían correspondido a mí.

Pero bueno, vamos al turrón, sitios y sucesos. Hoy no he tenido tiempo para hacer demasiado turismo (entre llegar y no llegar, deshacer las maletas, configurar las movidas informáticas, ir de compras para hacerme con los mínimos para la supervivencia, etc.), así que he optado por el turismo de proximidad, esto es, por visitar “mi barrio”. El sitio se llama Islington, y es un municipio que queda justo al norte de la City. Es un barrio de casas bajas, de no más de tres alturas, y todas ellas construidas con ladrillo de diversos tonos de rojo o marrón. Curiosamente, a pesar de que todas las construcciones comparten estas características, las casas no tienen una apariencia de uniformidad, lo que es muy de agradecer porque evita la sensación de que todo está obsesivamente ordenado (que en realidad lo está). Las tiendas están todas concentradas en una serie de calles que van discurriendo de sur a norte, y las viviendas se distribuyen por las callejuelas laterales.

Por supuesto, el piso en el que estoy no es una excepción: ladrillo pardusco, primer piso de dos, en la lateral de la calle principal. Donde se acaba todo este tipismo de soap opera es en el interior, y es que al fin y al cabo es un piso de traductores extranjeros. La decoración minimalista del piso de Marie-Pierre (que es la mitad de la pareja que, mientras tanto, están ocupando mi piso de Vigo) rompe absolutamente con lo que cabría esperar tras recorrerse el barrio desde la estación del metro. Personalmente lo agradezco, creo que me daría una apoplejía si tuviera que vivir un mes en un piso como el de los Roper.

Volviendo a la descripción de Islington, que me voy por los ajos de Bulgaria, comentar que es el barrio que alberga el estadio del Arsenal, y que el fútbol domina completamente la zona. En muchos locales se ven motivos que recuerdan al equipo local (sobre todo cañones, el emblema oficial de los Gunners), pero ahora que estamos en época de mundiales se pueden apreciar banderas de Inglaterra en aproximadamente un balcón de cada cinco. Para que luego nos quejemos de los futboleros españoles... otros vendrán que buenos les harán. Me temo que la combinación de fútbol por todas partes y de ese sentimiento de nacionalismo exagerado que siempre me entra cuando estoy fuera me acabarán llevando inevitablemente a ver los partidos de España. Y, cómo no, los veré en el pub de la esquina, el Highbury Barn.

El Higbury Barn es, a primera vista, un pub típico. Enorme barra, mesitas de madera, todo lleno de ingleses, suelo enmoquetado (no sé cómo limpiarán toda la cerveza que se cae, empiezo a sospechar que no es una moqueta sino un musgo simbiótico). Pero tras pasar un rato allí dentro empiezan a caer los mitos. Los ingleses no beben cerveza tibia, se la beben fresquita como debe ser. Los ingleses no beben cerveza inglesa, es más, consideran que es una mierda y se pasan todo el día bebiendo birras alemanas. La comida inglesa, o al menos la del Highbury Barn, no sólo es comestible, sino que además está buena. Y los futboleros ingleses son gente simpática y no van apalizando a los insensatos españoles que van diciendo por ahí de dónde vienen.

Y eso es todo por hoy. Mañana más, probablemente sobre alguna de esas cosas que salen en las guías de viajes.

4 Comments:

Blogger Zabu said...

Interesante, interesante... sin duda interesante. Síguenos contando cosas de tus peripecias!

y...

Bienvenido al grupo de blogs!

10:37 a. m.  
Blogger Miguel Porto said...

Si todavía no te han hecho nada es porque esperan AL DÍA DEL ESPAÑOL, si no has oído esta leyenda urbana seguro que lo harás.

5:49 p. m.  
Blogger Albesias said...

Ojalá se crucen en el mundial españa e inglaterra. Por favoooooor.

6:20 p. m.  
Blogger Padawent said...

Fernandoo Fernandooo yo quiero un souvenir del Teatro del Cabaret Mecánico o del Museo Bramah del Té y el Café (y si juegan Inglaterra y España casi mejor mírate el partido en casita...aunque...sería una final o algo así)

11:25 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home